La pobreza y la marginación, aunque no son las únicas causas, disparan adicciones en la infancia. La inhalación de pegamentos entre los chicos de la calle y el creciente número de menores de once años que son atendidos en los hospitales por alcoholismo, obedecen en general a la exclusión social y también a la pérdida de contención familiar.
Las consecuencias de estas adicciones al alcohol y las drogas deben, por su gravedad, multiplicar los esfuerzos institucionales y sociales para recuperar a los afectados y evitar que crezca el número de adictos. Según el ya referido informe, dichas sustancias están de modo directo o indirecto vinculadas a las muertes de adolescentes, ya que los episodios de violencia o los accidentes hallarían su explicación final en alguna adicción. Esto está llevando a un crecimiento del número de muertes de jóvenes.
La expansión de las adicciones responde a una tendencia social asociada a fenómenos muy complejos —entre los cuales se encuentra la falta de expectativa y de esperanza en el futuro—, y requiere de una atención compartida por padres, docentes, especialistas y autoridades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario